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El verano está aquí, y con él llegan los viajes por carretera que tanto disfrutamos. Pero el calor extremo y el uso prolongado pueden afectar negativamente a tu vehículo, dejándote varado en el peor momento.
Para que disfrutes de unas vacaciones sin contratiempos, hemos reunido una lista de consejos prácticos para evitar averías y mantener tu coche en condiciones óptimas.
Los líquidos son fundamentales para el correcto funcionamiento de tu coche, especialmente en verano. Verifica que los niveles de aceite, líquido de frenos, refrigerante, y limpiaparabrisas estén en su punto adecuado. Un refrigerante deficiente puede causar sobrecalentamiento, mientras que el aceite y el líquido de frenos desgastados pueden comprometer la seguridad.
Nada peor que un aire acondicionado que no funcione cuando las temperaturas están por las nubes. Revisa y limpia los filtros regularmente para mantener el aire fresco circulando. Si notas que el aire no está enfriando lo suficiente, podría ser momento de recargar el gas refrigerante.
El calor puede afectar la presión y el estado de los neumáticos. Revisa la presión semanalmente y asegúrate de que esté dentro de los parámetros recomendados por el fabricante. También, verifica el estado de la banda de rodadura para evitar resbalones o pinchazos inesperados.
El calor puede afectar la capacidad de la batería para mantener la carga. Asegúrate de que los terminales estén limpios y que no haya señales de corrosión. Si la batería tiene más de tres años, considera reemplazarla antes del viaje.
El polvo, la suciedad y el desgaste natural pueden reducir la eficacia del sistema de frenos. Programa una revisión con tu mecánico para asegurar que los discos, pastillas y demás componentes estén en condiciones óptimas.
Un chequeo general previo a un viaje largo es esencial. Un mecánico de confianza puede identificar problemas que tú no has notado y evitar averías futuras. La prevención siempre es la mejor estrategia.