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28/09/2022 Noticias
¿Sabes cómo detectar una avería en el embrague de tu coche?

¿Sabes cómo detectar una avería en el embrague de tu coche?

El embrague es el elemento del coche que se encarga de transmitir la potencia del motor a través de la caja de velocidades hasta las ruedas. Debido a que hacemos un uso constante de él, su material se va gastando y, según cómo lo utilicemos, tendremos que cambiarlo antes o después. 

¿Cómo funciona? Cuando accionamos el pedal del embrague con el pie izquierdo, estamos desembragando, es decir, estamos haciendo que el disco de embrague se separe del volante motor, una pieza que va sincronizada con el giro del motor. Cuando dejamos de pisar (embragamos) el embrague y tenemos metida una velocidad, éste tiene unos ferodos (forros) que entran en contacto con el volante de embrague. Es entonces cuando la potencia del motor se transmite a las ruedas motrices.

En todo ese proceso, los componentes mecánicos están sometidos a un esfuerzo producido por el roce y el contacto entre ellos que va haciendo que, con los kilómetros y los años, vayan perdiendo su eficacia, hasta el punto de que no se transmita la potencia del motor o se haga de forma incorrecta. 

Cómo detectar una avería en el embrague 

Cuando un disco de embrague se gasta del todo, se suele decir que ‘patina’. Esto significa que el motor no es capaz de transmitir el régimen de vueltas a la transmisión. El conductor comprobará que la aguja del cuentarrevoluciones sube, pero el vehículo no avanza.

Son varios los síntomas que pueden darnos la pista de que el embrague de nuestro coche está dando problemas.

Si los ferodos están muy gastados y sometemos a un sobreesfuerzo al embrague, notaremos otros síntomas como un olor a quemado que puede resultar muy desagradable y un humo que sale del vano motor (esto último ya sucede cuando exigimos mucho al embrague).

Otra pista de que el embrague no está en las mejores condiciones es que el coche dé tirones cuando arrancamos. Esto puede ser porque esta pieza ha sufrido un calentamiento excesivo y se ha deformado. A este problema se le conoce como el alabeo del disco, la misma avería que puede ocurrir con los discos de freno.

También nos podemos encontrar con que el pedal del embrague no vuelve. Esto puede suceder por tres motivos: el muelle de retorno falla (es el encargado de que el pedal vuelva por sí solo a su posición original), el plato de presión del embrague está deteriorado o el bombín de embrague tiene una pérdida de fluido hidráulico.

Si hay una avería en el bombín de embrague, puede deberse a que ha habido un fallo en el sistema hidráulico (antiguamente funcionaba con un cable de acero), que comparte el mismo líquido que el circuito hidráulico de frenos. El bombín, que es el encargado de acoplar y desacoplar el disco de embrague, lleva un retén hermético (hace que el líquido de frenos no se escape del circuito). Si éste se estropea, puede dejar escapar el circuito y es entonces cuando llega una avería que suele ser común en los coches. Notaremos cómo el pedal se vuelve excesivamente blando o que hace un comportamiento extraño, como que no recupere su recorrido y se quede a medias.

Si notamos que el embrague está suelto, puede deberse a que el sistema hidráulico ha cogido aire y ha dejado de tener un circuito cerrado por donde pasaba el líquido de frenos, que actuaba sobre las membranas del disco de embrague. Cuando tengamos un problema en el sistema hidráulico del embrague, es posible que se encienda un testigo rojo en el panel de instrumentos que hace referencia al líquido de frenos porque el nivel puede bajar al tener una fuga.

Si el pedal de embrague está duro, nos está avisando de que está al final de su vida útil y tiene que hacer un sobreesfuerzo para retirar el disco y desacoplarse del volante de embrague. Si el disco está muy gastado, notaremos que hasta el final del recorrido del embrague el coche no empieza a moverse y captaremos cómo, al intentar engranar una velocidad, oiremos más de lo normal el ruido de rascado.

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