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Como bien sabrás, el motor de un vehículo sea del carburante que sea, y funcione con la tecnología que funcione, está formado por diferentes piezas que al funcionar en sintonía hacen que ese propulsor se mueva y por tanto, el coche ande.
Y a pesar de que cada vez más los motores eléctricos están dejando de lado a los motores térmicos tradicionales, hoy nos centraremos en una pieza fundamental de los motores de combustión, que no es otra que la bobina, esencial para la puesta en marcha de cualquier motor térmico.
Si lo resumimos de una manera muy sencilla, una bobina es el elemento que se encarga de que las bujías del motor funcionen y convierte la alimentación que recibe en electricidad para que se produzca la chispa en la bujía. Posteriormente, esta chispa unida a la mezcla entre aire y de la gasolina, producirá la explosión en la cámara de combustión y hará que el motor se mueva y el coche ande. A todo este proceso se le conoce como inducción electromagnética.
Por esta razón, disponer siempre de unas bobinas en buen estado en nuestro coche es algo básico, ya que si una bobina falla por no haberla reemplazado, circularemos con un cilindro menos de todos los que tenga nuestro motor, algo que además de afectar al rendimiento del coche en consumo y velocidad, puede provocar una avería de gran importancia en el propulsor del coche.
Es cierto que este elemento es menos sencillo de comprobar si se gasta de lo que podría ser otro elemento, como por ejemplo un neumático. Además, no solo importa el hecho de que la bobina esté en buen estado, sino que tendremos que mantener igual de cuidados otros componentes del propulsor del vehículo como los cables y las propias bujías.
Otra falla que puede producirse En este componente es un sobrecalentamiento del motor, o, por el contrario, que le entre agua o incluso aceite, lo que a la que se deteriore. De hecho, también podemos encontrar que una bobina puede llegar a fallar porque el motor vibra en exceso.
Aun así, y quitando estos sucesos de mantenimiento y los que sean ajenos a la bobina, podemos detectar que está empezando a fallar y solventar el problema antes de que la avería sea más importante y costosa.
Por ejemplo, podemos darnos cuenta de que una bobina está empezando a fallar si nuestro coche repentinamente empieza a consumir más gasolina de lo que le haría corrientemente. Este síntoma puede ocasionarse por diversos motivos, pero la bobina puede estar entre ellos.
También puede ocurrir que a nuestro coche le cueste más arrancar. En este caso, también tendríamos que revisar otros factores, como por ejemplo las propias bujías, ya que si están desgastadas el arranque será más costoso para el motor del coche.
Y otro factor que podríamos experimentar si las bobinas fallan es que nos falta potencia o que el coche parece que circula como ahogado. En este suceso, además, el ruido de nuestro motor no será corriente ni el del escape tampoco.
También tenemos que saber que la avería en una bobina no puede repararse y habrá que sustituirla por una bobina nueva. No obstante, y a pesar de haber identificado o experimentado estos síntomas, lo mejor será acudir al taller si los notamos para que nos digan si realmente nos falla una bobina y que averigüen cuál es la que da problemas.
